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Revista Domingo, El Mercurio || Un santuario en el río Maipo

  • Publicado el 02.02.2025
  • Escrito por Angel Fondon

El litoral central guarda un verdadero tesoro. El humedal Río Maipo, en Santo Domingo, es un ecosistema que marca registros sorprendentes en cuanto a aves y otras especies que se pueden observar aquí, entre dunas y pajonales, y otros paisajes incomparables.

‘Mira ahí: el Pilpilén está echando a unas aves’. Mientras enfoco mis binoculares hacia el norte en la playa de Marbella, y luego de unos graves y repetitivos ‘cuac’ que se escuchan a lo lejos, se dibuja una imagen deslumbrante, como si de una pintura se tratara. Una bandada de rayadores llena con su vuelo todo el horizonte, con el mar y un despejado cielo azul de martes de enero de fondo.

Volvamos unos instantes atrás. Mientras estaba en la sala educativa Trile conversando con los guías a cargo del recorrido, Ignacio y Matías, se asoma entre los vautros (un matorral dunario nativo de las zonas costeras chilenas) un zorro chilla adolescente. ‘No sabía que en este sector había zorros’, digo sorprendida.

Especies como el zarapito, el churrín del norte, pilpilén, el run run, la gaviota Franklin o el tijeral, el siete colores (mejor conocido como Fiu, la mascota de los Panamericanos), y este tipo de zorros, forman parte de las más de 45 especies que uno puede apreciar a lo largo de un recorrido —que no dura más de una hora— por esta zona protegida, que es a su vez hogar de más de un centenar de especies que llegan en diferentes temporadas.

Ubicado en la ribera sur del río Maipo, en la comuna de Santo Domingo, el Parque Humedal Río Maipo fue creado en 2002 para proteger este valioso ecosistema y facilitar el acceso tanto a vecinos como a visitantes. Desde 2014, la Fundación Cosmos se unió al proyecto y, a partir de noviembre de 2018, asumió su administración y gestión.

Apenas llego al lugar, la brisa marina y un sonido ambiente con aves que cantan de fondo (digno audio para una aplicación de mindfulness) envuelven al sector Marbella. En su interior, el parque alberga gran diversidad de hábitats que dan forma a una singular biodiversidad, que los visitantes pueden descubrir a través de pasarelas, miradores y exposiciones. Entre los paisajes se pueden explorar pajonales, matorrales, dunas interiores y exteriores, un estuario y una playa, cada uno con su fascinante variedad de flora, fauna y fungi.

El valor biológico del humedal es incalculable, especialmente por la abundancia de aves que hay en él: el 94 por ciento de estas son endémicas o nativas de Chile.

Según Ignacio Ascui, coordinador de la Fundación Cosmos en la Región de Valparaíso, el parque ha registrado sobre 180 especies de aves —lo que representa alrededor del 34 por ciento de la avifauna nacional— a lo largo de sus 60 hectáreas de superficie. Eso, dice, posiciona a este santuario como el segundo a nivel nacional con mayor diversidad de pájaros.

Así, nada raro que este sea un lugar ideal para amantes de la naturaleza y de la observación de aves. Pero además atrae también con sus actividades de recreación y educación, que son la base de su trabajo de conservación del entorno.

Actualmente impulsan cuatro programas principales: conservación ambiental, educación en la naturaleza, acción comunitaria e infraestructura para un uso sustentable. Este último enfrenta el desafío de trabajar en un terreno dinámico, adaptándose a sus constantes cambios naturales para garantizar soluciones sostenibles y seguras. En cuanto a conservación, se enfocan en mitigar amenazas y restaurar áreas críticas sin afectar los procesos biológicos. La acción comunitaria promueve la participación local en la protección del humedal, mientras que el programa educativo fomenta el conocimiento y valoración de este ecosistema, en actividades con colegios que promueven el sentido de pertenencia y responsabilidad hacia su cuidado y preservación.

‘Buscamos que las aves que habitan acá, que descansan, se alimentan, sigan haciéndolo a lo largo del tiempo. Eso es básicamente la misión que tenemos. Estamos envueltos en un socio-ecosistema, queremos llevar la educación ambiental a la comunidad, acercar de una forma sostenible la naturaleza a las personas, de una forma educativa’, dice Ignacio Ascui.